La carta en cuestión, firmada por Luis Fernando Crespo Zorita, lleva por título Otra forma de no olvidar y de honrar la memoria, y dice así:
“La sociedad civil puede y debe organizarse para defender su memoria más reciente y contra la impunidad de los victimarios que todavía permanecen protegidos por una maraña normativa en la que se mezclan intereses partidarios espurios y no poca dejadez institucional.Pero los que mas sufrieron la guerra y la posguerra civil fueron los niños, huérfanos entonces y octogenarios ahora, supervivientes natos de un cúmulo inusitado de miserias, a los que estamos ninguneando, especialmente en la Comunidad de Madrid, al negarles las ayudas a la dependencia en aras de urgencias económicas como la reducción del déficit público.Dignificar la memoria de los caídos implica necesariamente dignificar los últimos años de la vida de quienes más sufrieron por su ausencia. Es otra forma de no olvidar.”
Estoy de acuerdo con lo que en ella se dice, y creo que lo cortés no quita lo valiente, y que por tanto, no sólo deberíamos tratar de rehabilitar a los muertos y conocer y castigar a los responsables sino también tratar de satisfacer a los que aún sufren por aquellos desmanes. En nuestras manos está.