La Escuela de Vallecas (o la vanguardia deshecha)

Tras su encuentro en la “Exposición de Artistas Ibéricos” en la que ambos participaron en 1925, el pintor Benjamín Palencia y el escultor Alberto Sánchez, inician un proyecto apasionante, reeditar la vanguardia artística que fluía por las grandes capitales europeas, pero bajo el signo del casticismo hispano. Así pues, en 1927 inician un movimiento artístico conocido como la “Escuela de Vallecas”, con la idea de elaborar una vanguardia hispana, que contemplase los postulados artísticos de París (fauvismo, cubismo, surrealismo), pero con una temática propia, tradicional; el paisaje castellano como fuente de inspiración y materia de trabajo.

A este dúo inicial, se les irán uniendo otros artistas del momento, como Juan Manuel Caneja, Maruja Mallo, Luis Castellanos, Luis Felipe Vivanco, Alberti y Lorca, entre otros.

La “Escuela de Vallecas” se desmoronó con el inicio de la guerra civil. Los posteriores y efímeros intentos de Benjamín Palencia por revitalizarla en la posguerra (1942), liderando un grupo de jóvenes artistas, fueron infructuosos. Pese a ello, esta “segunda Escuela de Vallecas” se considera, sin demasiada argumentación como el germen de la posterior “Joven Escuela de Madrid”, que a partir de 1945, continuará con el desarrollo de la vanguardia en nuestro país.