miércoles, 24 de febrero de 2010

Una semana en Nueva York (I) (o Dónde los sueños tienen precio)

La Quinta avenida es la arteria por donde circulan los sueños de Nueva York, los sueños del mundo. La Quinta avenida tiene un espacio reservado para los sueños de eternidad, de perpetuidad, donde se muestra la riqueza cultural de la ciudad. La “museum mille” con el Metropolitan a la cabeza, es uno de los palmos de terreno con más museos del mundo, si no el que más.

La ciudad Nueva York, y el país de Estados Unidos puede enorgullecerse de sus museos y en especial del Metropolitan, que junto con el Moma (museum of modern art), es la gran joya de la corona. Pero son otros muchos museos los que se adhieren a esta avenida, tratando de oxigenar y oxigenarse con la sangre de riqueza y grandiosidad que cursa por ella.
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Pero la quinta avenida es también la arteria principal donde se acrisola toda la vanidad del mundo, toda la arrogancia, todo el deseo vano de ser alguien, de sentirse importante. Cartier, Bulgari, Omega, Prada, Tiffany…, la cueva de Alí Babá, con sus mil maravillas se abre en pequeños y grandes escaparates, para que los ungidos por el triunfo puedan satisfacer sus grandes pecados de aparentar, de creerse a sí mismos, de despilfarrar sus tesoros acumulados…quién sabe a costa de quien.
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Pero el templo del consumismo, donde el dólar es “My Lord” y, tal vez, Versace su profeta, también es el templo de los contrastes, donde desheredados y turistas de todos los colores y procedencias, algunos con los ojos pueblerinos de la admiración y otros con los de la envidia, pasean también otros sueños… pero ya se sabe, soñar no cuesta dinero.

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