Nueva York es una ciudad viva, y parte de esa vitalidad reside en sus gentes, en sus barrios. Desde luego, es una suerte coincidir con el Año Nuevo Chino en pleno centro de Nueva York, cuando el barrio de Chinatown se convierte en una fiesta, fiesta que se celebra sin cerrar ni uno solo de sus comercios. Es más, son los comercios lo que realizan ofrendas a los dragones para obtener suerte y prosperidad en el nuevo año. Los dragones de ojos y colores brillantes, danzan ante las ofrendas , se arrastran casi por el suelo y se elevan varios metros sobre nuestras cabezas, en un ritual que entremezcla lo lúdico con lo tradicional.
Y las calles se llenan de gentes de todas las razas y colores, unos ansiosos de disfrutar, otros se conforman con ver y llenarse los sentidos de color, música y luz… La amplísima comunidad china, sabe celebrar su día más importante de forma divertida pero ordenada, donde no se riñe la fiesta con el trabajo, ni el disfrute con la observación del rito ancestral… Fue una tarde divertida.
Otro día festivo fue el llamado “The President Day”, un día de fiesta dedicado a honrar y conmemorar a los diferentes presidentes que han ejercido el cargo en Estados Unidos. Desde los primeros, que lograron la independencia, la Constitución y la Declaración de derechos y que son considerados los padres de la patria, hasta el presidente actual.
Todos ellos son rememorados y honrados en este día festivo en que se realizan diferentes actos lúdicos, culturales e institucionales para su memoria. Y todos los sentimos próximos, unos porque salieron a pasear por la calle en forma de cabezudos y otros por que aparece su imagen hasta en los preservativos… Así es la vida.
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